MATEO

Si desea una copia electrónica, descarge el archivo en formato PDF que se encuentra abajo

El evangelio según Mateo está en primer lugar en el orden del Nuevo Testamento.

En su contenido no indica quién es el autor, por lo que algunos han puesto en duda el hecho de que el apóstol Mateo lo haya escrito. ¿Quién era Mateo? De acuerdo con lo escrito en Mateo 10:3, Marcos 3:18 y Lucas 6:15, Mateo formó parte de los 12 discípulos del Señor.

Etimológicamente, su nombre proviene del griego Matzaios y éste, del arameo Matai, una forma corta del hebreo matanyah, que significa “regalo de Dios”.

Mateo, antes de ser discípulo de Cristo, era publicano, es decir, recaudador de impuestos a favor de Roma: “Pasando de allí más adelante, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el lugar de los tributos públicos, y le dijo: "­Sígueme!" Y él se levantó y le siguió.” (Mateo 9:9)

También era llamado Leví: “Y pasando, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado en el lugar de los tributos públicos, y le dijo: "Sígueme." Y levantándose, le siguió” (Marcos 2:14); “Después de esto, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el lugar de los tributos públicos. Y le dijo: --­Sígueme!” (Lucas 5:27)

¿Cómo se confirma que fue Mateo el escritor del evangelio que lleva su nombre? Hay algunas formas de establecer la autoría de Mateo:

1. Tal como lo vimos antes, Marcos 2:14 y Lucas 5:27 dicen que el nombre del que estaba sentado en el lugar de los tributos era Leví, mientras que en Mateo 9:9 dice que se llamaba Mateo, textos que relatan el mismo acontecimiento. El nombre posterior se confirma por los mismos Marcos y Lucas, pues cuando lo incluyen entre los 12 discípulos ya no escribieron Leví sino Mateo. Esto significa que el escritor del evangelio dejó evidencia de su nombre en su libro.

2. En el mismo acontecimiento, en Marcos 2:15 se lee: “Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban también sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos y le habían seguido.” En Lucas 5:29 se lee: “Entonces Leví le hizo un gran banquete en su casa, y había un gran número de publicanos y otros que estaban a la mesa con ellos.” Notemos que Marcos escribió que Jesús se sentó a la mesa en casa de Leví y Lucas escribió que Leví hizo un gran banquete en su casa. En cambio, Mateo escribió: “Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa, he aquí muchos publicanos y pecadores que habían venido estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos” (Mateo 9:10). Notemos que simplemente Mateo escribió que Jesús estaba sentado a la mesa en casa, como si fuera algo más familiar, pues era su propia casa, la de Mateo el Publicano.

3. Cuando se mencionan los nombres de los discípulos del Señor, Marcos y Lucas identifican a Leví simplemente como Mateo, mientras que él mismo se identificó como Mateo el Publicano, para dejar constancia de su antiguo oficio.

En lo que respecta a la fecha en la que Mateo escribió el evangelio, es difícil establecerla con exactitud. No obstante Mateo parece sugerir que ya había transcurrido algún tiempo al incluir las expresiones “hasta el día de hoy” en dos oportunidades: “Por eso aquel campo se llama Campo de Sangre, hasta el día de hoy” (Mateo 27:8); “Ellos tomaron el dinero e hicieron como habían sido instruidos. Y este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy” (Mateo 28:15).

Sin embargo, por ser que Mateo dio bastante énfasis a la destrucción que anunció Jesús que vendría sobre Jerusalén, se suele fechar el evangelio de Mateo después del año 70, en el cual ocurrió la invasión romana en Jerusalén por el general romano Tito. “Según Eusebio de Cesarea, predicó durante quince años en Palestina, donde escribió su evangelio hacia el año 80.[1]

¿Qué imagen tenían los judíos acerca de Mateo? En la antigua Roma, los publicanos eran recaudadores de impuestos para la república. Ellos abusaban de su poder, por lo que eran odiados, dado que cobraban más de lo que la ley les exigía, y al estar amparados por ella, las personas no tenían defensa. Por otra parte, eran odiados por los judíos, ya que cobraban más a su propio pueblo en beneficio de los invasores. Los publicanos tenían el monopolio del dinero y del poder económico, como la renta del suelo, la renta de los préstamos, las ganancias comerciales en todo el territorio romano y la parte correspondiente de las rentas del tesoro público. Algunos publicanos alcanzaron capitales inmensos, incluso más que la de los senadores. Con el tiempo todos los arrendamientos del Estado quedaron en manos exclusivas de las sociedades de publicanos. Estas sociedades formaron distintas alianzas para cada ramo de actividad y tendieron a ejercer el monopolio del producto y a fijar su precio.[2]

Los publicanos ni siquiera eran dignos como para sentarse a comer con ellos. De esa cuenta, Mateo era un judío con una reputación desprestigiada. No obstante, ante el llamado de Jesucristo, él lo dejó todo y se convirtió en un propagador del evangelio. ¿Qué movió a Mateo a dejar su vida pecaminosa para convertirse en un fiel seguir del Señor? No hay evidencias claras en la Biblia. Lo que sí es evidente es que se convirtió en un apóstol de Jesucristo.

¿Cuál ha sido su vida hasta hoy, querido lector? Si usted está viviendo conforme a la voluntad de Dios, siendo un creyente fiel de Jesucristo, para usted hay esperanza de vida eterna. Pero si aún no ha recibido a Cristo en su vida, usted también puede cambiar y sin importar sus antecedentes, Dios perdonará todos sus pecados y también habrá esperanza para su vida.

El que encubre sus pecados, no prosperará: Mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13 RV 1909).

El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; más bien, es paciente para con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2ª de Pedro 3:9).

[1] Wikipedia, La Enciclopedia Libre, artículo “Mateo el Apóstol”, citado en el link: http://es.wikipedia.org/wiki/Mateo_el_Evangelista

[2] Wikipedia, La Enciclopedia Libre, artículo “Publicano” (http://es.wikipedia.org/wiki/Publicano)