LAS BUENAS NUEVAS
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La palabra “evangelio”, proviene del griego “evangelion”, que significa “buenas nuevas” o “buenas noticias”. En las Escrituras, el evangelio se nos presenta de las siguientes maneras:
1. Evangelio del Reino o Evangelio del Reino de Dios: “Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mateo 4:23); “Mas después que Juan fué encarcelado, Jesús vino á Galilea predicando el evangelio del reino de Dios” (Marcos 1:14 RV1909). Jesús predicaba las buenas nuevas del Reino de los cielos, el cual se acercó a los seres humanos a partir de su ministerio: “Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!"” (Mateo 4:17). Las buenas nuevas nos muestran la oportunidad de tener acceso al Reino de Dios. Ese mismo evangelio fue el que continuaron predicando los apóstoles y todos los predicadores del Señor, cuyo conocimiento causaba que otros creyeran: “Pero cuando creyeron a Felipe mientras anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres” (Hechos 8:12). Este evangelio será predicado hasta los tiempos del fin: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio á todos los Gentiles; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14 RV1909). Creer al Evangelio del Reino de Dios implica someterse a la soberanía divina. Todos sabemos que un reino o gobierno tiene leyes bajos los cuales se rige su régimen. En ese sentido, no se puede creer al evangelio si no obedecemos los preceptos divinos, tal como lo dijo Jesús: “No todo el que me dice 'Señor, Señor' entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).
2. Evangelio de Jesucristo, Evangelio de Jesús o Evangelio de Cristo: “El principio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios” (Marcos 1:1); “Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio de Jesús” (Hechos 8:35); “con poder de señales y prodigios, con el poder del Espíritu de Dios; de modo que desde Jerusalén hasta los alrededores del Ilírico lo he llenado todo con el evangelio de Cristo” (Romanos 15:19). Las buenas nuevas tienen como finalidad dar a conocer a Jesucristo, el Hijo de Dios, mostrándolo como el único camino a la redención: “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
3. Evangelio de Dios: “para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ejerciendo el servicio sagrado del evangelio de Dios; y esto, con el fin de que la ofrenda de los gentiles sea bien recibida, santificada por el Espíritu Santo”( Romanos 15:16). No podemos hablar de Jesús, sin anunciar que Él es el Hijo de Dios, lo que hace que las buenas nuevas sean anuncios de aquel que envió al Redentor.
4. Evangelio del Señor Jesús: “Y de ellos había unos varones Ciprios y Cirenences, los cuales como entraron en Antioquía, hablaron á los Griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús” (Hechos 11:20 RV1909). Las buenas nuevas muestran a Jesús como el Señor. Esto significa, que todos los creyentes reconocemos que Él gobierna sobre nuestras vidas.
5. Evangelio de la gracia de Dios: “Sin embargo, no estimo que mi vida sea de ningún valor ni preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24). Las buenas nuevas son anuncios de la gracia de Dios para con los seres humanos, de dar a su Hijo para la salvación de las almas: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
6. Evangelio de la gloria de Cristo: “Pues el dios de esta edad presente ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no les ilumine el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios” (2ª a los Corintios 4:4). Las buenas nuevas son anuncios de la gloria de Cristo, como la imagen de Dios. Ningún otro ser comparte esa gloria y dignidad.
7. Evangelio de la gloria de Dios: “según el evangelio de la gloria del Dios bendito, que me ha sido encomendado” (1ª a Timoteo 1:11). Las buenas nuevas también son anuncios de la gloria de Dios, a través de su Hijo Jesucristo. Por esto quien honra al Padre, también honra al Hijo y quien honra al Hijo, honra a su Padre: “para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió” (Juan 5:23).
8. Evangelio de paz: “y calzados vuestros pies con la preparación para proclamar el evangelio de paz” (Efesios 6:15). Notoriamente, las buenas nuevas son anuncios de paz, esa paz que sobrepasa todo entendimiento: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7)
9. Poder de Dios: “Porque no me avergüenzo del evangelio; pues es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primero y también al griego” (Romanos 1:16). Los creyentes en Jesucristo tenemos la dicha de tener el poder de Dios en nuestras vidas. Ese poder nos hará resucitar cuando Cristo venga para que reinemos con Él para siempre.
El evangelio, consiste entonces en el anuncio de las buenas nuevas acerca de la obra redentora de Dios, a través de su Hijo Jesús. Al anunciar esas buenas nuevas, debemos incluir todo lo concerniente a Jesús: Su vida, su ministerio, su muerte, su resurrección, la promesa de su venida, la promesa de su Reino, sus mandamientos, etc.
Pero debemos tener cuidado con evangelios pervertidos, los cuales también pueden anunciarnos a Cristo, pero con falsedad acerca de Él: “Gracia a vosotros y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nuestros pecados. De este modo nos libró de la presente época malvada, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Estoy asombrado de que tan pronto os estéis apartando del que os llamó por la gracia de Cristo, para ir tras un evangelio diferente. No es que haya otro evangelio, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero aun si nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como ya lo hemos dicho, ahora mismo vuelvo a decir: Si alguien os está anunciando un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema” (Gálatas 1:3-9).
Resulta que muchos dicen creer en el Señor Jesucristo, pero sus hechos no son conforme a la Palabra de Dios, pues viven en desobediencia a sus mandamientos: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” (Juan 14:15); “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios, y todo aquel que ama al que engendró ama también al que es nacido de él. En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. Pues éste es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son gravosos” (1ª de Juan 5:1-3); “El que dice: "Yo le conozco" y no guarda sus mandamientos es mentiroso, y la verdad no está en él” (1ª de Juan 2:4). ¿Cómo podríamos creer en aquél a quien no obedecemos?
Querido lector, el sacrificio de Jesús fue suficiente para expiar nuestros pecados. ¿Qué debemos hacer nosotros? Mostremos frutos dignos de arrepentimiento, porque el Señor dijo: “por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20). ¿Cómo están sus frutos?
“El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo” (1ª de Juan 2:6)