ESPÍRITU SANTO, BAUTISMO Y MATEO 28:19

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Este estudio bíblico fue generado por una pregunta dirigida a mi correo personal

C. OLIVARES 13-MAR-2007

Revisando la versión católica “Biblia del Peregrino” (Nuevo Testamento, edición de estudio, tomo III. Editorial Verbo Divino), particularmente la cita de Mateo 28: 19: “Por tanto id a hacer discípulos a todas los pueblos, bautizadlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo...” (sic) hay una llamada o explicación al pie de página en la que se menciona: “Como rito de consagración administrarán el bautismo, con la invocación trinitaria explícita (compárese con la fórmula de Hechos 2, 38; 8, 16; 1Corintios 1, 13; Gálatas 3, 27)...

El texto de Hechos 8: dice: 14 Cuando los apóstoles que estaban en Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17 Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu santo (las negritas y subrayado son míos)

¿Este argumento refuerza la idea de que el Espíritu Santo es una persona distinta de Jesús?

Cuando somos bautizados en el nombre de Jesús ¿recibimos al Espíritu Santo en ese momento?

¿Por qué debieron imponerles las manos DESPUÉS del bautismo?

Gracias por tu ayuda, hermano, será para edificación. Paz

O. MATA 14-MAR-2007

Mi querido hermano:

Antes de responder a tus inquietudes, te haré un repaso de lo que es el Espíritu Santo.

En la doctrina católica, protestante y de otros movimientos religiosos, la divinidad está compuesta por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Trinidad). Al Espíritu Santo, como divinidad, le atribuyen manifestaciones y pronunciamientos de Dios: Profecías modernas, visiones, gritos, danzas, sanidades, risa, llanto, lenguas, etc.

Al respecto, las Escrituras nos muestran:

Efesios 4:30. “Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios en quien fuisteis sellados para el día de la redención.” El Espíritu Santo es de Dios, no es otro dios en sí mismo.

Lucas 24:49. “He aquí yo enviaré el cumplimiento de la promesa de mi Padre sobre vosotros. Pero quedaos vosotros en la ciudad hasta que seáis investidos del poder de lo alto.” Jesús prometió poder de lo alto. Juan 14:16-17. “Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre. Este es el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque permanece con vosotros y está en vosotros.” El Espíritu conduce a la verdad, es el Consolador de Dios. En el caso de los discípulos del Señor, el Espíritu estaba en ellos y sería en ellos. ¿Qué significa esto? Pues que ellos ya tenían al Espíritu, pero aún sería en ellos para manifestación del poder de Dios. ¿Cuándo se cumplió?

Hechos 2:1-4. “Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. Y de repente vino un estruendo del cielo, como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban sentados. Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen.” Se cumplió a partir de que recibieron el poder de Dios a través del Espíritu Santo.

Juan 16:12-15. “Todavía tengo que deciros muchas cosas, pero ahora no las podéis sobrellevar. Y cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; pues no hablará por sí solo, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que han de venir. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por esta razón dije que recibirá de lo mío y os lo hará saber.” El Espíritu Santo también es de Cristo, porque lo del Padre también es suyo. ¿Será que el Padre y el Hijo también son del Espíritu? Tal cosa no está escrita en la Palabra, porque el Espíritu les pertenece a ellos.

Hechos 6:8. “Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y milagros en el pueblo.” El Espíritu Santo como poder, hace que los siervos de Dios hagan lo que no es natural, sino espiritual.

¿Cómo y cuándo se recibe?

Efesios 1:12-14. “para que nosotros, que primero hemos esperado en Cristo, seamos para la alabanza de su gloria. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo que había sido prometido, quien es la garantía de nuestra herencia para la redención de lo adquirido, para la alabanza de su gloria.” Se recibe desde el momento en que se cree en el Señor Jesucristo, como un sello, una señal de la promesa. Notemos que cuando se cree, aún no ha ocurrido el bautismo. A este nivel, el Espíritu se constituye como arras, una señal de que Dios cumplirá su promesa, pero aún depende del creyente cumplir su parte.

Hechos 5:32. “Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo que Dios ha dado a los que le obedecen.” Dios da el Espíritu Santo a los que obedecen. En complemento a lo anterior, la conversión implica obediencia, razón por lo cual el Espíritu actúa sobre el creyente.

Hechos 2:38 dice: “Pedro les dijo: --Arrepentíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.” Pedro invita a que se bauticen en el nombre de Jesucristo para recibir el don del Espíritu Santo, no en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¿Incumplió Pedro la orden del Maestro? En ninguna manera, pues Pedro tenía claro que el bautismo es en el nombre del Señor, porque no hay ningún otro nombre (recordemos lo escrito en Hechos 4:12: “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”) Al bautizarnos, recibimos el don (regalo) del Espíritu Santo, para habitar en nosotros cual templo (1ª a los Corintios 6:19 “¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que mora en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” Notemos que el Espíritu Santo procede de Dios).

En cuanto a tu pregunta, consideremos:

En la versión Textus Receptus (griego), en Mateo 28:19 dice: “poreuqentej <Id> oun <por tanto> maqhteusate <enseñad> panta <todas> ta <a> eqnh <naciones> baptizontej <bautizando> autouj <a ellos> eij <en> to <el> onoma <nombre> tou <del> patroj <Padre> kai <y> tou <del> uiou <Hijo> kai <y> tou <del> agiou <Santo> pneumatoj <Espíritu>”

En la versión bizantina (en griego), en Mateo 28:19 está escrito: “poreuqentej <Id> maqhteusate <enseñad> panta <todas> ta <a> eqnh <naciones> baptizontej <bautizando> autouj <a ellos> eij <en> to <el> onoma <nombre> tou <del> patroj <Padre> kai <y> tou <del> uiou <Hijo> kai <y> tou <del> agiou <Santo> pneumatoj <Espíritu>"

Literalmente, la versión de Mateo 28:19 de la Biblia del Peregrino está incorrecta, pues refleja un criterio más que una versión adecuada en castellano. La palabra “consagrándolos” no existe, por lo que su comentario al pie de página está sin fundamento.

Analicemos los textos citados por el comentario al cual te refieres.

Hechos 2:38. Ya lo analizamos.

Hechos 8:14-17 dice: “Los apóstoles que estaban en Jerusalén, al oír que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, los cuales descendieron y oraron por los samaritanos para que recibieran el Espíritu Santo. Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos el Espíritu Santo; solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo.” En este caso, no obstante de haber sido bautizados, el poder del Espíritu Santo aún no habitaba en ellos.

La regla general respecto al Espíritu Santo, es que se recibe como arras al momento de creer, pero se recibe para habitar en nosotros como templo, al momento de bautizarnos. El caso de los samaritanos que no recibieron el Espíritu Santo después del bautismo, es la única excepción que se registra en la Palabra, lo que no desvía la regla general.

1ª a los Corintios 1:13: “¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?” Notemos que en las preguntas hay 3 elementos importantes para nuestro análisis:

1. Cristo no está dividido.

2. Pablo no fue crucificado por nosotros. ¿Quién fue crucificado por nosotros? Cristo.

3. No fuimos bautizados en el nombre de Pablo. ¿En qué nombre fue entonces? Si relacionamos las dos preguntas anteriores, la respuesta es: Cristo.

Gálatas 3:27: “porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo.” El bautismo en Cristo, nos hace vestirnos de Cristo. Esa vestimenta, hace posible que el Espíritu Santo habite en nosotros.

¿Qué ocurre entonces con Mateo 28:19?

Analicemos el contexto (Mateo 28:16-20): “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había mandado. Cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló diciendo: "Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."

Los 11 discípulos fueron a Galilea. En el monte ordenado por el Jesús, lo vieron y lo adoraron. Jesús, en primera persona les dijo que toda potestad le es dada a Él, por lo que con esa autoridad, los mandó a adoctrinar a los gentiles (naciones), a quienes debían bautizar y enseñar que guardaran todas las que Él mandó.

¿Qué hay de extraño en estos textos? Resulta que Jesús todo lo dice en primera persona, pero cuando se refiere a la fórmula del bautismo dijo “en el nombre del Padre, del Hijo y de Espíritu Santo”, lo cual está escrito en tercera persona. En ese sentido, se duda de que Jesús haya dicho realmente eso, porque en todo caso, hubiera hablado en primera persona de la forma siguiente: “Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre de mi Padre, en el mío, y el del Espíritu Santo”. No contamos con los manuscritos originales, sino con los textos griegos que ya contienen la fórmula conocida.

...ninguno de los apóstoles bautizó nunca en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sino solamente en el nombre Jesucristo.

...seguimos el ejemplo de los apóstoles.

Al responder tus tres preguntas, opino lo siguiente:

1. “¿Este argumento refuerza la idea de que el Espíritu Santo es una persona distinta de Jesús?” Respuesta: No, tal argumento forma parte de un criterio trinitario fraguado fuera de la voluntad de Dios, porque como ya indiqué antes, el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.

2. “Cuando somos bautizados en el nombre de Jesús ¿recibimos al Espíritu Santo en ese momento?” Respuesta: Afirmativamente. Todos los que hemos sido bautizados su nombre, ya hemos recibido el Espíritu Santo. Ese maravilloso poder, lo tienes tú y lo tengo yo (¡a Dios sea la gloria!), porque fuimos bautizados en el nombre de Jesucristo.

3. “¿Por qué debieron imponerles las manos DESPUÉS del bautismo?” Respuesta: El caso de los samaritanos es la única excepción respecto a la regla general de ser investidos de poder después del bautismo. Tal excepción sólo se aplicó a ellos y en nada afecta a la Iglesia.

Espero haberte ayuda en algo, hermano y colega mío.

Paz a ti y a tu familia.

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